Lo que hay bajo la orca no es su pene sino el brazo del acusado, aunque esto no quiere decir que la orca no estuviese excitada; dejamos en vuestras manos decidir si penetró al acusado o no justo antes de aplastarlo.
Quizá en una futura "1, 2, 3, ¡splatch! 2" también la orca haya cometido gravísimas faltas de ortografía y la lancen desde un trampolín olímpico para que los dos acaben reventados, estamos pendientes de la subvención del estado.